#7 Lo clásico es aquello que no puede hacerse mejor
Un vermú, un libro, Maxwell Tilse y otras pequeñas cosas
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Poneos cómodos que empezamos.
La ruta del vermú
Siempre he sido muy del concepto de aperitivo. De pequeño lo tomaba los domingos con mis padres en casa —bol de patatitas fritas, aceitunas y, por aquel entonces, un vaso de Coca-Cola aprovechando que era fin de semana—. Minutos antes, mi padre y yo, ni cortos ni perezosos, siempre hablábamos de aperitivearnos, verbo que yo tenía completamente asimilado y pensaba que la RAE también pero que, para mi sorpresa, era completamente desconocido para mi profesora de 2º de EGB cuando le tuve que leer una redacción contando qué había hecho el fin de semana.
Años más tarde he cambiado la Coca-Cola por el vermú, bebida en auge desde hace unos años, y por la cual quiero compartir con todos vosotros la ruta que hice el sábado pasado, en muy buena compañía por cierto, y que os lleva desde Gran Vía hasta Malasaña pasando por Chueca.
El día comenzó en la vermutería Gran Clavel, espacio informal ubicado en el Hotel de las Letras donde se puede tapear sencillo pero de calidad, ideal para ir abriendo boca. Tras el primer vermú del día continuamos con la visita obligada a Hermanos Vinagre, taberna con aroma andaluz y barra de aluminio —como a mí me gustan— que tiene un atún fresco como si fuera mojama, unos mejillones y una ensaladilla (presentada en Matrioska) que son una auténtica maravilla. Antes de seguir hacia Malasaña nos detuvimos unos metros calle arriba en una de las bodegas más antiguas de Madrid, la Taberna de Ángel Sierra, en plena Plaza de Chueca, y que hemos podido ver recientemente en la película Madres Paralelas. Y de ahí a La Colmada, vinoteca y tienda de ultramarinos que goza de una gran variedad de excelentes conservas. Última parada: Lolina Vintage Café, una cafetería muy setentera que ofrece vermú y tartas caseras 100% Lolina.
Lugares castizos, con encanto, que cuidan los detalles y en los que da gusto echar un rato agradable charlando con amigos. Como decía Miguel Milá “lo clásico es aquello que no puede hacerse mejor”.
Un libro
Fue justo durante el rato que estuvimos en el Lolina cuando, de repente, se nos acercó Marcelo López-Conde, un escritor argentino que vendía algunos libros de su asociación cultural. Resultó ser el editor y fundador de Café Literario Editores y la persona que ha creado una ruta por el centro de Madrid dedicada, desde hace más de diez años, a la promoción y difusión de la literatura y de nuevos escritores españoles por distintos cafés madrileños.
Da gusto cruzarse con tipos como Marcelo, escucharle y conocer su iniciativa para promover y apoyar la cultura. Por supuesto, nos hicimos rápidamente con un ejemplar de su último libro ‘Cuentos inmobiliarios, teatro y esperpento’ y que tuvo el placer de dedicarnos.
Si os encontráis con él no dudéis en saludarle y adquirir alguno de sus libros.
Chapas de ciclismo
Qué tardes de verano y cuántos etapones del Tour de chapas disfruté de niño. Pantani, Cipollini, Jalabert, Zülle, Escartín o el Chava, perfectamente ataviados con su maillot, eran empujados a golpe de índice o rueda para coronarse como vencedores de cada una de las etapas del día.
Efectivamente, ese niño aún no sabía que iba a recibir uno de los mejores regalos de su vida.
Maxwell Tilse
Otro que me tiene completamente cautivado con su arte es Maxwell Tilse, un ilustrador australiano que utiliza rotuladores de punta fina y acuarelas para dotar de vida a sus trabajos. Viajero inquieto y con debilidad por la arquitectura, aúna ambas pasiones en estos sketches donde cuida hasta el más mínimo detalle.
La canción
#hoyospongo ‘Happy’ de Lighthouse Family.
Esta canción de 2001 forma parte del album ‘Whatever Gets You Through the Day’ y es uno de los hitazos del dúo británico.
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Aperitivearse, palabras que debe recoger la RAE.